Sueño seguro (prevención del Síndrome de muerte súbita del lactante)
Sueño seguro (prevención del Síndrome de muerte súbita del lactante) La Academia Americana de Pediatría hace las
Suceden por lo general en la primera mitad de la noche entre la hora de dormir y hasta las 12 de la noche). Puede presentarse desde los 6 meses que es cuando los bebés ya tienen desarrolladas todas las fases del sueño, pero son más frecuentes entre los 2 y 6 años, por lo general desaparecen conforme el niño va creciendo y, muy pocas veces se presentan durante la adolescencia, en algunas ocasiones personas adultas pueden llegar a presentarlos también.
Algunos de los signos de terror nocturno son: Gritos, llanto, sudoración, agitación, movimientos bruscos, los ojos pueden estar o no abiertos, parece que no tienen conciencia de lo que está sucediendo, no reconocen a sus padres, rechazan el contacto físico, no responden a las preguntas de los padres, parecen despiertos, pero sin reaccionar a los estímulos de las personas que están con ellos, parecen como si estuvieran muy asustados y en trance sin responder a los estímulos externos. (No siempre se presentan todos los síntomas, puede haber uno o una combinación de varios durante un terror nocturno)
En la mayoría de los casos éstos eventos duran entre 5 y 15 minutos, una vez que el evento terminó el bebé o niño se vuelve a dormir, en otros casos sobre todo con niños más grandes acaban despertando y se pueden sentir confundidos SIN saber bien lo que sucedió, al día siguiente no recuerdan nada.
¿Qué se debe hacer ante la presencia de un terror nocturno? Acudir a ellos para evitar que con los movimientos bruscos se hagan daño, tratar de reconfortarlos respetando y entendiendo que están dormidos y no responderán ante los estímulos, simplemente permanecer con ellos hasta que el evento haya pasado. Cuando los niños son mayores y despiertan al finalizar el terror nocturno puede que sepan que algo raro sucedió, es mejor no preguntarles nada y simplemente ayudarlos a que vuelvan a dormir. Es importante que al siguiente día NO se les pregunte si recuerdan algo porque esto puede crear ansiedad en el niño ya que sentirá que algo raro sucede mientras duerme, si tu hijo se da cuenta que algo está sucediendo lo mejor es explicar con naturalidad que es un fenómeno sin importancia que a veces sucede mientras dormimos, como si fuera un repentino calambre o una sacudida, ayudarles a no generar estrés ni ansiedad ante estos eventos es sumamente importante.
Una de las causas de los terrores nocturnos es el sobre cansancio; lo mejor que se puede hacer para tratar de prevenirlos es ayudando a los bebés y niños a que siempre estén bien descansados mediante las siestas y con un horario temprano para dormir por la noche y en general con buenos hábitos de sueño, entre más cansados estén más propensos serán a presentarlos, sin embargo.
Suceden con más frecuencia en la segunda mitad de la noche (después de las 12). Son sueños desagradables que se recuerdan; en general los niños se despiertan aterrorizados recordando un sueño feo.
Algunas de las posibles causas de las pesadillas son; exposición a factores que causen miedo y ansiedad en los niños uso excesivo de video-juegos, uso excesivo de televisión y pantallas, resfriados, obstrucción nasal, fiebre, estrés, depresión.
¿Qué se debe hacer ante la presencia de una pesadilla? Durante una pesadilla lo mejor es acudir al lado de ellos, brindar apoyo y ayudarlos a comprender que su pesadilla fue un sueño y que ya pasó, que está seguro y protegido por adultos en todo momento. Es muy importante comprender que los niños son niños y no tienen la capacidad de entender que las pesadillas no fueron eventos reales, no hagas sentir mal a tu hijo haciendo comentarios como “no existen”, “no pasó nada” – para ellos sí existió y si fue real, tan real que despertó asustado!!! Tu hijo necesita que valides todo lo que sucedió y que logre comprender que lo que ocurrió ya terminó.
Tranquiliza a tu hijo antes de dormir preguntándole ¿qué puedes hacer por él? a menudo, soluciones temporales como dejar una pequeña lucecita en el cuarto o pasillo, dejar la puerta abierta o realizar algún tipo de ritual suelen reducir la ansiedad (utiliza tu imaginación para inventar cualquier tipo de ritual como lo son “polvos mágicos” para ahuyentar a los “monstruos” etc.). Si la pesadilla es recurrente intenta construir una historia alternativa con ese mismo sueño donde el final sea feliz o donde el factor que causa el miedo en la pesadilla desaparezca. Cuando las pesadillas se vuelven recurrentes se recomienda consultar con un especialista.
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